sábado, 26 de octubre de 2013

Chica colonial



Le fascina cantar por la mañana
con su dulce y melódica tonada
tropical, siempre vive enamorada
en las tardes de sol (la quisqueyana)

Le acaricia la brisa tan lozana
con su mano que besa la cascada
del altar de ese rostro, cual mirada
hipnotiza y seduce (mi paisana)

Cada noche pasea por El Conde
provocando frescura de momento
al testigo, a la calle o los faroles.

Del jardín pocos saben, ella esconde
un aroma, un sabor... y avisa el viento
si me brilla un guiñar de sus dos soles.

©Francisco Suero

Soneto melódico

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